Este horizonte abarco del año 100 d.C al 900 d.C.
El Periodo Clásico de la civilización mesoamericana está
marcado por la consolidación del proceso urbanístico que se venía gestando
desde el Preclásico Tardío, lo cual ocurre hacia el siglo III d.C. Durante la
primera parte de esta época, Mesoamérica será dominada por Teotihuacan. A
partir del siglo VII d.C., esta ciudad comenzará un largo proceso de decadencia
que permitirá el florecimiento de las culturas maya, zapoteca y de los llamados
centros regionales del Epiclásico.
CARACTERISTICAS GENERALES:
Los inicios del Periodo Clásico pueden fijarse alrededor del año 300 d.C y su
conclusión hacia el 900 d. C. Sin embargo, la cronología varía en cada área
cultural. Los antecedentes de este periodo se hallan en la última fase del
Período Preclásico, a partir del año 400 d. C. Los cambios tecnológicos que
hicieron posible esta transformación fueron condicionados por factores
específicos de cada región mesoamericana. Una actividad importante para los
mayas, zapotecas y teotihuacana fue la religión. En este periodo tuvo lugar
también una bifurcación de tradiciones en el área mesoamericana: una encabezada
por Teotihuacán, y la otra por las ciudades mayas del sureste. El comercio jugó
un papel importante como elemento de cohesión entre los mesoamericanos.
Teotihuacán tuvo un papel importante como centro articulador de la mayor parte
de los intercambios. Otro de los rasgos principales del clásico fue el
urbanismo. Las ciudades eran cuidadosamente planificadas y trazadas. Como
último dato, es necesario recalcar que en el clásico se ‘cristalizaron’ la
mayor parte de las deidades del panteón mesoamericano, y que la religión ocupó
un lugar importante en la estructura social como auxiliar del poder político.
Presumiblemente, el clero monopolizaba el conocimiento de la astronomía, la
matemática, la escritura y hasta el comercio y la política. Existen textos
mayas esculpidos y pintados, que se han identificado como cronológicos,
astronómicos e históricos, aunque no son la fuente principal para el
conocimiento de los mayas, pues están realizados en su compleja escritura
jeroglífica, que aún está en proceso de desciframiento. El Clásico, que abarca
del año 200 d. C. al 900 d. C., se caracteriza por un notable florecimiento
cultural.
OCCIDENTE:
En Occidente no es posible establecer una división clara
entre el preclásico y el clásico, debido a que el nivel de complejidad de las
culturas del área no lo permite. Durante el periodo clásico, Occidente tuvo
escasas relaciones con el resto de Mesoamérica, excepción hecha del área de
Guerrero, escenario de la tradición Mezcala, de la que sabemos gracias a sus
objetos de piedra tallada. En toda la región maya se construyeron numerosos
asentamientos humanos y grandes centros ceremoniales y políticos, además de los
edificios claramente destinados al culto, y construcciones que servían para
actividades administrativas, sistemas de drenaje y aprovisionamiento de agua
potable. Numerosas casas habitación que muestran los distintos estratos
sociales, mercados, plazas y otras edificaciones, que revelan una estructura de
poder religioso y civil muy bien organizada.
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